Eduardo "Mi favorito"

Eduardo
La primera vez que te vi…
Ni siquiera te observe detenidamente, en ese momento estaba con Will, él y yo ya llevábamos un par de años y tú estabas con Lucia, una de mis mejores amigas en ese tiempo, tenían un par de semanas juntos y  bueno, ella se encontraba emocionada por esta nueva relación, así que decidió que esa comida en mi casa era el momento ideal para que te conociéramos.

En ese tiempo tú eras un muchacho presuntuoso, antipático, algo grosero y muy egocéntrico, te deteste de inmediato, ni siquiera me saludaste en mi propia casa, pero bueno, Lucia era conocida por enamorarse de muchachos creídos y mamones, tú eras un estereotipo más del que ella se había enamorado, un chico talentoso, alto,  guapo -bien podría haber sido un BackStreet Boy de lo guapo que era- pero sobre todo, famoso, metido “en el medio”, a ella le encantaban como tú, ser tu novia la ayudaba a hacerse conocida, caíste de inmediato y como no hacerlo, eras un bebe prácticamente, tenías 20 años y ella 24 -no puedo juzgar mucho porque yo repetí el patrón, en ese entonces no entendía, ahora ya sé por que haces lo que haces Lulu- hasta el momento eras su mejor trofeo, pero al mes te fuiste a otra ciudad de trabajo, su amor acabo tan pronto como empezó y bueno Lucia, siendo Lucia, salto a los siguientes brazos de su otro prometedor amor “del medio” y tú… encontraste al amor de tu vida, duraron varios años, fuiste inmensamente feliz, viviste tu amor de película, desafortunadamente como todo en la vida, termino –y ahí es donde entro yo, unas semanas después y un par de cigarros-.

Años después

El primer cigarro….

Yo tenía ya un año de haber terminado con Will, estaba casi recuperada de esa relación, pensaran que un amor de 12 años pesaría más pero no –los detalles de Will y yo los escribiré después, lo prometo- tú Eduardo tenías un par de semanas de haber perdido al amor de tú vida, yo sabía como era eso, entendía que sentías, pero eso no nos unió, fue un cigarro.

Terminaba de ver una partida de James, realmente estaba ahí por compromiso, después de todo James se estaba quedando en mi casa. Eran ya las 9, te sentaste aún lado de mí, no había mucha gente, menos de 15 personas estábamos ahí sentados, extrañamente me saludaste, yo pensaba que ni me recordarías, pero no, estaba equivocada, me saludaste por mi nombre y preguntaste que había sido de mi y después de ver un par de minutos de la partida, me dijiste “Hey, vamos por un cigarro” tuvimos que salir a la terraza y platicamos un rato, después me invitaste a un bar con amigos en común, yo te dije no podía ya que estaba cansada –y James iría por su maleta, habíamos discutido y lo quería fuera de mi casa, de mi cuarto y de mi cama- pero me ofrecí a llevarte al bar, realmente me quedaba de pasada y no me causaba problema alguno, accediste y te lleve, a medio camino volviste a preguntarme si quería quedarme, en ese instante pensé “bueno, James es un idiota y realmente necesito una cerveza” así que acepte, pasamos un buen rato, nos avisaron cerrarían el lugar y para ese momento yo solo pensaba en seguirla, así que cuando todos se preguntaban que haríamos, abrí mi boca y ofrecí mi casa, vivía a un par de minutos del bar, vivía sola y bueno, me gusta el papel de anfitriona, aunque odio limpiar al día siguiente.

Estábamos tienda de servicios y recibí un mensaje de James “Ya voy por mis cosas” yo solo pensaba en  el revuelo que causaría si todos vieran a Jamie recogiendo su maleta –un jugador “famoso” con novia, durmiendo en mi casa, no necesitarían ser unos genios para entender que pasaba y yo no quería explicar nada- , así que le hable a Barbará mi roommate, le explique mi problema y ella tomo la maleta la puso en la escalera y me dijo ella se encargaría de sacarla cuando James llegara, nadie la iba a interrogar a ella, solo mi compañera de casa sacando una maleta. Todo salió bien, nadie sospecho nada, James recogió sus cosas y ahí termino todo.

Llegamos todos a mi casa alrededor de las 2 am, tomamos un par de horas y justo antes del amanecer avise amablemente que se quedaban en su casa pero yo dormiría, me despedí y me fui a dormir, después de todo eran amigos y conocidos, no encontré mayor problema. A las 8 am empezó nuestro largo camino, tocaste la puerta de mi cuarto y balbuceaste algo de que todos se habían ido, me preguntaste si podías quedarte y darte una cobija, yo estaba algo tomada y como buena persona tomada no encontré problema en que Eduardo, el muchacho que solo había visto 2 veces en mi vida se quedara en mi casa, te dije que si e incluso invite a dormir a mi cama, aceptaste.

Recuerdo que me voltee a la pared y te di la espalda, tu hablabas y hablabas, no te dormías, me rendí y me voltee para mínimo entender lo que decías, me recosté en tu hombro –fue irresistible para mi, los hombros y las siestas son mi debilidad-  seguías parloteando y yo me limitaba a decir “si”, “no” y “ok”, realmente no era una entretenida compañía pero insistías en continuar hablando, y en ese momento solo me dijiste

-Disculpa por lo que voy a hacer
-¿Qué vas a ….?

Y así, simple como eso, me besaste, nunca he entendido que paso por tu cabeza, te lo he preguntado pero te limitas a decir que fue mi culpa por invitarte a mi cama, que tu solo querías una cobija, supongo soy responsable en cierto sentido pero yo estaba más dormida que despierta, ese beso es tu responsabilidad, de lo que si soy culpable es de meter la mano en tu pantalón, bajarte tu bóxer y poner tu pene en mi boca –no, no cogimos-.



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